domingo, 13 de enero de 2013


La marcha de la indignación.
La semana pasada en Colombia se llevó acabo la jornada de la indignación, donde se hizo un llamado a todos y todas para que levantáramos nuestras voces en protesta a todo lo que nos indigna de nuestro gobierno falsamente democrático e independiente.
El viernes 12 de octubre se realizó una gran marcha nacional  por las principales calles del país.  En  la ciudad de Cali la marcha se dio inicio a las 10:00 a.m. desde la Universidad del valle sede Meléndez, donde todos nos aglutinamos entusiasmados esperando que  al comenzar a marchar, se unieran no solo estudiantes, profesores e indígenas,  si no todas esas personas que se quejan a diario en las filas del MIO, en las filas de los bancos, en las filas de los centros de salud, quienes se quejan de que su sueldo no alcanza, de la explotación minera, de la privatización de la educación publica, de la corrupción por del Estado Colombiano, de los tratados de libre comercio antinacionales, de los ataques a dirigentes sociales y del señalamiento a la movilización social; Se Logró cautivar a personas que nunca habían salido a marchar y que esta vez sintieron que era necesario ser escuchados, pero sin irnos muy lejos de la realidad del pueblo colombiano nos encontramos con rechazo y miedo por parte de las personas en la calle cuando pasamos por su lugar de trabajo nos miran como ahí van otra vez, no encontramos con miradas llenas de pesar, de confusión, de estrés, y de algunas que sabían que se tenían la razón.
No solo se escucharon voces que apoyaban la manifestación, como lo fueron las voces de los compañeros del Hospital Psiquiátrico Universitario del Valle, también se escucharon voces que criticaban y rechazaban la marcha, las risas de los policías que  acompañaban el trayecto, esperaban  con ansias que el final de la marcha llegará lo más temprano posible para poder ver el partido de Colombia, que es tal vez la única razón para que  la población sienta un compromiso con su país.
Al arribar a la universidad Santiago de Cali nos encontramos con la puntual e intimidante asistencia del ESMAD, quienes protegían la estación del mio con gran recelo,  pero su perfecta y amenazadora formación fue rebuznada por todos los asistentes de la marcha, quienes teníamos en claro que el motivo por el cual marchábamos era demostrar nuestra indignación con el gobierno colombiano y sus injusticias con el pueblo.

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