La marcha de la indignación.
La semana
pasada en Colombia se llevó acabo la jornada de la indignación, donde se hizo
un llamado a todos y todas para que levantáramos nuestras voces en protesta a
todo lo que nos indigna de nuestro gobierno falsamente democrático e
independiente.
El viernes
12 de octubre se realizó una gran marcha nacional por las principales calles del país. En la
ciudad de Cali la marcha se dio inicio a las 10:00 a.m. desde la Universidad
del valle sede Meléndez, donde todos nos aglutinamos entusiasmados esperando que al comenzar a marchar, se unieran no solo
estudiantes, profesores e indígenas, si
no todas esas personas que se quejan a diario en las filas del MIO, en las
filas de los bancos, en las filas de los centros de salud, quienes se quejan de
que su sueldo no alcanza, de la explotación minera, de la privatización de la
educación publica, de la corrupción por del Estado Colombiano, de los tratados
de libre comercio antinacionales, de los ataques a dirigentes sociales y del
señalamiento a la movilización social; Se Logró cautivar a personas que nunca
habían salido a marchar y que esta vez sintieron que era necesario ser
escuchados, pero sin irnos muy lejos de la realidad del pueblo colombiano nos
encontramos con rechazo y miedo por parte de las personas en la calle cuando
pasamos por su lugar de trabajo nos miran como ahí van otra vez, no encontramos
con miradas llenas de pesar, de confusión, de estrés, y de algunas que sabían
que se tenían la razón.
No solo se
escucharon voces que apoyaban la manifestación, como lo fueron las voces de los
compañeros del Hospital Psiquiátrico Universitario del Valle, también se
escucharon voces que criticaban y rechazaban la marcha, las risas de los
policías que acompañaban el trayecto,
esperaban con ansias que el final de la
marcha llegará lo más temprano posible para poder ver el partido de Colombia,
que es tal vez la única razón para que la
población sienta un compromiso con su país.
Al arribar a
la universidad Santiago de Cali nos encontramos con la puntual e intimidante
asistencia del ESMAD, quienes protegían la estación del mio con gran
recelo, pero su perfecta y amenazadora
formación fue rebuznada por todos los asistentes de la marcha, quienes teníamos
en claro que el motivo por el cual marchábamos era demostrar nuestra indignación
con el gobierno colombiano y sus injusticias con el pueblo.
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