Ahora parece que viviéramos en
una dictadura, por cada ciudadano parece haber un policía, transitan
patrullando por toda la ciudad, sin arrojar un resultado acertado, dicen haber
obtenidos hallazgos pequeños, hallazgos que nos dejan con miedo,
desconcertados, desprotegidos a la merced de delincuentes que no demuestran
tener ningún respeto por la vida, la gran cantidad de muertos que llevamos en
el comienzo del año, sin olvidar los de los últimos 5 meses del año pasado. Cada
semana son uno, dos o hasta tres los muertos. Los ciudadanos nos levantamos
todas las mañana con la sensación de que en cualquier momento nos anunciaran un
muerto más, los sicarios son portadores de desaciertos, tristezas, y algunas
veces en sus actos violentos dejan rastros de esperanzas que luego son
enterradas con las palabras “hicimos todo lo posible”.
Hoy presencie como un madre reclamaba
a gritos a la policía el por qué personas inescrupulosas atacaban por la espalda
a su hijo cortando la vida en un solo instante en la
entrada de su casa; mientras que entre chismes disfrazados de murmullos
saltaban de las boca de la multitud que “lo único malo que ese muchacho hacia
era fumar marihuana”, semanas antes en
un sendero ecológico pierden la vida dos jóvenes artistas, que sus únicas armas
eran la música y el dibujo, que buscan cambiar desde la critica la absurda
dominación que se ejerce en la ciudad por parte de bandas criminales, jóvenes
que creían en un cambio para convivir en comunidad, pero la intolerancia que reina en la población bugueña o en gran
parte de ella, encontró como motivo
suficiente para quitarles la vida el tener libertades juzgadas moralmente por
una sociedad corrupta y desalmada que omite hay problemas aún más grandes por corregir,
e ignoran que la muerte no es una solución acertada.
Las personas a las que por decisión de otros, les
quitaron la vida se merecen estar aquí disfrutar de la vida, y aportar a un
mundo tan violento sus talentos, su forma de ver la vida, sus sueños y metas,
sin hacerle daño a nadie. ¿Cuánto vamos a soportar? cada semana en Buga se
anuncian la muerte de tantos hijos, padres, novios, esposos, amigos, vecinos, que
caen en un eterno sueño del que no
despertaran, sin haberlo pedido, sorprendidos por la espalda.
En qué momento se pierde el
respeto por la vida de un ser humano, nadie posee el derecho de
arrebatarle la vida una persona, ni por unos cuantos pesos, ni por una moral de
mentira, para obtener respeto hay que saber respetar la vida de los demás, no
importa si no concuerda con la tuya, aprendamos a respetar el espacio de cada
ser humano y su manera de pensar podemos vivir en tranquilidad. No saben cuánto
daño han hecho, han tomado decisiones apresuradas que han perjudicado a
personas inocentes, personas que vinieron
a cambiar el mundo.
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